Cada año, la Iglesia Católica celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, con el propósito de sensibilizar a las comunidades sobre los desafíos y oportunidades que trae consigo la migración. Este evento también es una invitación a acoger y asistir a quienes, por diversas circunstancias, han tenido que dejar sus hogares, reconociendo las profundas implicaciones personales, familiares, sociales, económicas y culturales que conlleva el fenómeno migratorio.
En el marco de esta jornada, se llevaron a cabo una serie de conversatorios en vivo, que brindaron un espacio para la reflexión y el diálogo entre migrantes, refugiados y la comunidad en general. Durante estos conversatorios, diferentes instituciones, corporaciones y organizaciones compartieron estrategias, testimonios y experiencias relacionadas con la migración, abordando temáticas clave como
- Voces de la Migración: experiencias, desafíos, aprendizajes y mensajes en torno a la migración
- Narrativas de acogida en situaciones humanitarias: vivencias, construcciones y desafíos:
- Construyendo puentes hacia la inclusión socioeconómica de migrantes y refugiados
- Voces en movimiento: un conversatorio sobre la movilidad humana
Estos conversatorios no solo permitieron una mayor comprensión de la realidad migratoria, sino que también subrayaron la importancia de continuar construyendo puentes de solidaridad y acogida. La 110ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado nos invita a reconocer que, a pesar de los desafíos, la migración es una oportunidad para construir una sociedad más justa y humana, donde todos somos responsables de caminar juntos, como parte del mismo pueblo de Dios.