La doctrina social ilumina el servicio pastoral que realiza la iglesia en favor de los más vulnerables, donde se abarca la convivencia humana, la dignidad humana, lo esencial de la evangelización, estos principios tienen como fin iluminar los problemas sociales, económicos, políticos y culturales de cada época, con el objetivo de construir una sociedad con un verdadero desarrollo humano católico, dentro de la doctrina social de la iglesia, se plantea la solidaridad y a la corresponsabilidad que tenemos como católicos como una parte esencial.
El principio de la solidaridad se deriva de la dignidad de la persona humana, naturalmente la persona humana es social y es allí donde perseverar por el bien común, es decir actuar con solidaridad, permitiendo que seamos responsables de todos. Pero como lo dice el principio de subsidiariedad, esta lucha por el bien común desde la solidaridad no debe implicar el abstenerse de las propias responsabilidades o abstener a otro de su responsabilidad, lo que permite que cada persona esté en la libertad de desarrollar sus competencias pero siempre con el objetivo o meta del bien común.
Además desde la doctrina social de la iglesia también se plantea que los bienes tienen un destino universal “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad (…) jamás debe perderse de vista este destino universal de los bienes. Por tanto, el hombre, al usarlos, no debe tener las cosas exteriores que legítimamente posee como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás” (GS 69) Concilio Vaticano II.