Un proceso de Largo Plazo

 “La paz tampoco se reduce a una ausencia de guerra, fruto del equilibrio siempre precario de las fuerzas.

La paz se construye día a día, en la instauración de un orden querido por

Dios, que comporta una justicia más perfecta entre los hombres”

Papa Francisco

Versión 2

Autores: Equipo de Pastoral Social

Institución: Pastoral Social – Diócesis de Sonsón Rionegro

Dependencia: Vida, Justicia y Paz

Contenido

Las Etapas. 4

Ver la Paz (2015 – 2017). 4

Caminando en la Paz. (2018 – 2023). 5

Construyendo territorio de Paz. (2024 – 2025). 5

Las Estrategias. 5

· Presentación.

Este documento pretende ser una provocación a los diferentes actores sociales del Oriente Antioqueño para continuar la construcción de capacidades de paz en una perspectiva de largo plazo, busca ser un insumo que permita reflexionar sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Es una invitación de la Pastoral Social de la Diócesis de Sonsón Rionegro para soñar y hacer del Oriente un territorio de paz mucho más allá de los importantes diálogos de la Habana. Es una iniciativa que nace de la convicción de la Pastoral Social que inspirada en el evangelio de Cristo, sabe que la paz, más que un punto de llegada es una forma de viajar en la historia, es un don de Dios y una tarea de los hombres y mujeres de buena voluntad, porque la “Paz, es nuestra Paz”

· El Oriente Antioqueño una región que transita.

La región es el resumen de la relación de los pobladores con los caminos y los ríos, desde que por allá en el siglo XVI, los primeros pobladores buscaban el río Magdalena al lomo de mulas o en la espalda de hombres fornidos que llamaban cargueros, por el camino de mulatos y el  viejo camino de Juntas;  desde la colonia hasta la consolidación de la república en el siglo XIX y XX cuando por esos mismo caminos se reconocieron los vapores del ferrocarril de Antioquia, es una región que transita en busca de su propia identidad desde hace varios siglos.

Los habitantes de esta región han visto transitar la guerra hace mucho tiempo, desde que los que los primeros asentamientos indígenas fueron expulsados por las tropas de la corona española a las tierras bajas del hoy magdalena medio, hasta que ya  en el siglo XIX y XX se vieron pasar las cuadrillas de hombres con botas de caucho, perros cazadores y escopetas defendiendo las ideas del partido liberal o conservador, los primeros venían de Santander, lideradas entre otros por el “Chicote” en 1952 para acabar con los godos de la montaña y los segundos, se armaron en cuadrillas para atajar los bandoleros de la chusma liberal. Los guerreros se pasean por los caminos del Oriente hace casi un siglo.

La economía nacional ha transitado por los pueblos del Oriente, en 1926 el ingeniero Ibaguereño  Jorge Villa Carrasquilla y el ingeniero Julián Cock de la Escuela de Minas, en 1932 hicieron los primeros estudios del potencial hidroenergético de la cuenca del río Nare, desde entonces y  partir de la década del 60 y 70 los ojos de las mujeres y hombres de la región han visto llegar por los caminos polvorientos, a los ingenieros con sus cascos blancos, los buldócer y las máquinas para  construir; primero el sistema de embalses El Peñol-Guatapé, Santa Rita, San Lorenzo, Jaguas, Punchiná y San Carlos  con sus centrales hidroeléctricas Playas, Calderas, San Carlos Jaguas y Guatapé. Luego, en el 70 llegó la autopista Medellín Bogotá que fue cambiando las mulas por buses escaleras. Más adelante, llegó el Aeropuerto internacional José María Córdoba, la zona franca y la región en cuestión de cincuenta años se volvió importante para la economía nacional y algunos de sus habitantes aprendieron a vivir, ya no los cultivos de pan coger, sino de los salarios mensuales de las empresas que han llegado. Han sido muchos cambios en poco tiempo.

· La región en movimiento

La llegada de la gran economía con los proyectos hidro energéticos en la década del 60, hizo que emergería – al calor de los grandes movimientos sociales en Colombia y Latinoamérica – un movimiento social, inicialmente en el municipio del Peñol, a principios de los años 60 en cabeza del entonces presbítero Oscar Ángel Bernal y del padre Francisco Ocampo —influenciados por la Encíclica Populorum Progressio, las conclusiones de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en septiembre de 1968 y los postulados del cooperativismo— lideraron un movimiento que permitió que los intereses de los habitantes del Peñol se vieran vulnerados en la construcción del embalse del Peñol, que pretendía hacer EPM. Después,  en San Carlos surgió la chispa de la protesta social al calor de la inconformidad por las tarifas de energía, la ola creció y se convirtió en un movimiento regional que luego fue aplacada por el paramilitarismo y muchos de sus líderes fueron exterminados o exiliados en los años 80. Fue una época de ebullición, frustración  y anhelos de cambio.

· De nuevo los guerreros

Los años ochenta vieron llegar a las tierras del Oriente Antioqueño, de nuevo a los guerreros ya no con consignas del partido liberal o conservador, sino, con  las consignas de liberación del pueblo.  Se formaron el frente Carlos Alirio Buitrago y el Bernardo López Arroyave del ELN, también las FARC con  los frentes 9 y 47. Algunos hacendados se cansaron del asedio guerrillero y se configuró el proyecto paramilitar en el Magdalena Medio.  Por los mismos caminos de herradura por donde caminaron los arrieros descalzos y los bandoleros de la violencia política, empezaron a transitar hombres de camuflado y botas de caucho, sembrando el terror de las minas y el estruendo de la metralla. Miles de víctimas de tomas guerrilleras, tomas a pueblos, minas antipersonal, configuraron una diáspora de miles de hombres y mujeres que se desplazaron de los pueblos de las zonas de bosques,  páramo y embalses – se dice que son más de 175.000 desplazados-. El rostro del conflicto armado Colombiano – al igual que en otras zonas de Colombia como los Montes de María, La Macarena, el Nudo de Paramillo, el Magdalena Medio, Urabá – dejó ver su rostro macabro sobre pueblos y veredas de la región. Entrada la década de los años noventa, la crisis humanitaria hizo que las zonas más alejadas de la región aparecieran en los grandes medios de comunicación, ya no por sus paisajes, sino por la barbarie de  la guerra. Fue una de las épocas más cruentas de la historia reciente del territorio.

· La paz ha sido una tarea de largo plazo

Las personas e instituciones del Oriente Antioqueño han sido constructoras de paz. Desde el siglo XVIII con la iniciativa para fundar pueblos en lugares que apenas eran posadas del camino, hasta la generación de movimientos sociales para reivindicar derechos en el siglo veinte. La construcción de paz la han impulsado líderes sociales y comunitarios desde el movimiento cívico en el Peñol, quienes por sus acciones reivindicaron los derechos de los habitantes del viejo peñol a finales de los años setenta. De igual manera, el movimiento cívico de San Carlos después convertido en regional, las iniciativas de paz han emergido aún en los momentos más difíciles del largo y estéril conflicto armado colombiano. El liderazgo de las mujeres salió a flote con la creación de la Asociación de Mujeres del Oriente, AMOR en 1994, gestando una semilla de múltiples iniciativas de paz desde las mujeres para la región; en ese mismo año por iniciativa de Monseñor Flavio Calle Zapata, el entonces Obispo de la Diócesis de Sonsón Rionegro, se convoca a empresarios, alcaldes y líderes sociales para la creación de la Comisión Vida Justicia y Paz que para 1998 se transformaría en la Corporación Vida Justicia y Paz  -direccionada por la Pastoral Social-,ha sido reconocida entre muchas actividades por liderar la semana y el foro por la paz, que para el 2015 realiza su versión número veinticinco; también, por implementar el programa Sembradores de Paz con niños y niñas de toda la región. En diversos lugares de la geografía del Oriente se han gestado iniciativas locales de paz como el concejo de Conciliación y Desarrollo del municipio de San Luis  en 1996, cuando el ELN asediaba este municipio, ésta sería la semilla de las asambleas municipales por la paz y de la Asamblea Provincial Constituyente que impulso acciones de cultura de paz en toda la región.

Igualmente, el sector público con el llamado movimiento de alcaldes del oriente, se movilizó en favor de crear espacios de diálogo directo con actores armados para menguar las consecuencias humanitarias sobre las comunidades, en medio de esta ebullición también nació Prodepaz en 1999  con la misión de impulsar un Programa de Desarrollo y Paz emulando la experiencia del Padre Francisco de Roux en el Magdalena Medio. En este proceso, nació el segundo Laboratorio de Paz financiado por la Unión Europea y el programa Paz y Desarrollo con el apoyo financiero del  Banco Mundial. Con estas estrategias de cooperación, se ejecutaron diversos proyectos que recobraron parte de la confianza perdida en la región, se formaron personas y comunidades, se desarrollaron proyectos productivos y se incentivaron iniciativas locales y regionales de paz y desarrollo. Hoy, la región reconstruye la confianza, algunas personas retornan a veredas y pueblos, algunos incluso sin acompañamiento institucional. La ley 1448 de 2011, ley de víctimas y restitución de tierras ha impulsado la ejecución de programas y proyectos  de restitución económica y simbólica en varios municipios de la región. Hoy se enfrentan otros retos, emergen nuevos conflictos sociales, se valoran los diálogos de la Habana entre el gobierno y las FARC, pero el Oriente Antioqueño sabe que la paz es una tarea de largo plazo, sabe que no es un punto de llegada sino una forma de viajar en la historia.

· La paz, Nuestra  paz. Una propuesta de largo plazo desde               Pastoral Social

El Oriente Antioqueño tiene todo para convertirse en territorio de paz. La Delegación de Vida, Justicia y Paz del  Área de Pastoral Social de la Diócesis de Sonsón Rionegro, con los antecedentes de construcción de paz en la región y consciente de la importancia de los actuales diálogos de paz que se llevan a cabo en la Habana entre el gobierno y las FARC y con la convicción ética de que la paz se construye desde y con las comunidades, propone un proceso de largo plazo que tiene como objetivo contribuir a la generación de capacidades personales y colectivas, para la construcción del Oriente Antioqueño como territorio de paz, en un horizonte de diez años que se ha denominado “La Paz, Nuestra Paz”.

Este proceso asume el nombre de “La Paz, Nuestra Paz” por la convicción de que la paz es don de Dios y tarea permanente de los hombres y mujeres, parte del reconocimiento del diálogo como solución a los conflictos políticos y asume la paz, no como punto de llegada sino como camino, como un logro cotidiano de las personas y comunidades en los territorios, asume por lo tanto que la paz es nuestra tarea y responsabilidad histórica.

Las Etapas

El área de Pastoral Social de la Diócesis de Sonsón Rionegro propone un proceso sistemático de largo plazo, que sumado a los esfuerzos de otras personas e instituciones, contribuya a que la región sea un territorio de paz en el año 2025. El proceso busca influir sobre el plan Diocesano de Pastoral, teniendo en cuenta la planeación estratégica de la misma, en el marco de la delegación de Vida, Justicia y Paz, con el fin de que todas y cada una de las acciones en materia de paz y reconciliación se enmarquen en esta propuesta de largo plazo.

Desde la perspectiva de un proceso sistemático se proponen tres etapas, en las cuáles se enmarcaran las acciones de construcción de paz, en cada una de los cortes de tiempo se pretende hacer un balance del avance de los propósitos y una prospectiva de la etapa siguiente. Estas son las etapas:

Ver la Paz (2015 – 2017)

En esta fase inicial, se concibe desarrollar programas y proyectos encaminados a la comprensión del concepto de paz, busca reconocer a personas e instituciones que a lo largo de la historia territorial han contribuido a la paz. Además, planea profundizar las preguntas de la memoria histórica de la región y de la Diócesis en la construcción de paz. Tiene una duración de dos años en los cuáles las acciones se centraran en ver, en comprender la paz. Actividades como la semana y el foro por la paz estarán sujetas a esta prioridad estratégica.

Caminando en la Paz. (2018 – 2023)

En esta fase, se proyecta que los programas y proyectos que impulsa la Pastoral Social enfaticen en la generación de capacidades por medio de acciones de formación, acompañamiento, diálogo movilización, encuentro y celebración. Tiene un horizonte temporal de cinco años -la fase más larga de todas- busca enfocar todos los esfuerzos de la delegación de Vida, Justicia y Paz en acciones que contribuyan a que los habitantes de la región transitemos en la paz.

Construyendo territorio de Paz. (2024 – 2025)

En la fase final, se quiere consolidar acciones de construcción de paz sostenible y duradera, busca también recoger frutos de las fases anteriores, pretende poner los pilares de procesos sostenibles de construcción de paz desde el territorio. Tiene una duración de dos años y proyecta abrir caminos para la construcción permanente de la paz en el futuro.

Las Estrategias

La propuesta se fundamenta en cinco estrategias de largo plazo en las cuales se enmarcan las acciones, los programas y proyectos que se impulsen e los temas de paz desde la delegación de Vida Justicia y Paz dela Pastoral Social de la Diócesis de Sonsón Rionegro.

Objetivo General: Generar un cambio cultural hacia el bien común, la solidaridad y la paz, a través de acciones de fortalecimiento y celebración

Cada estrategia cuenta con un objetivo para cada una de las etapas del proceso.

El encuentro y Dialogo: Realizar encuentros para el trabajo conjunto con instituciones, entidades y organizaciones comunitarias, para la lectura de la realidad, permitiendo generar pronunciamientos de paz y acciones concretas.

Ver la paz: Realizar intercambio de saberes y conocimientos para ofrecer en otros espacios.

Caminando en la paz: En los espacios que se han compartido conocimientos y saberes, que construyan encuentros que generen acciones de paz en pequeños grupos poblacionales.

Territorio de paz: Pequeñas comunidades que se encuentran para dialogar sobre la realidad, con el fin de hacer sostenible la paz.

Fortalecimiento de la espiritualidad y la vida: Fortalecimiento, celebración de la vida la fe y la espiritualidad.

Ver la paz: Fortalecer lazos afectivos, personales, sociales y colectivos.

Caminando en la paz: Contribuir a la construcción de tejido social, lazos afectivos, sociales y comunitarios.

Territorio de paz: Existe una cultura de paz representada en signos y símbolos comunes.

Acompañamiento: Incidencia y gestión con los más pobres, vulnerables y excluidos.

Ver la paz: Visibilizar la situación en la que se encuentran los más pobres y excluidos

Caminando en la paz: Gestionar para las situaciones de pobreza y exclusión, con la promoción humana, familiar y comunitaria; para atender con gestos que generan paz.

Territorio de paz: Acompañamiento a las personas que han superado la pobreza, la exclusión y la marginación, para una paz permanente.

Movilización y comunicación: Movilizar personas comunidades e instituciones, con el fin de generar una cultura del bien común, paz y solidaridad.

Ver la paz: La paz una tarea permanente, dialogo y participación para una justicia social.

Caminando en la paz: La paz una tarea permanente, dialogo y participación para una justicia social.

Territorio de paz: La paz una tarea permanente, dialogo y participación para una justicia social.

Formación: Contribuir al cambio cultural del Oriente Antioqueño hacia una cultura del bien común, la paz y la solidaridad.

Ver la paz: Memoria histórica como herramienta pedagógica para vivir la paz; la paz con un enfoque humano cristiano (Antropología cristiana).

Caminando en la paz: La misericordia, el perdón, la justicia y la paz.

Territorio de paz: Acciones de paz

Resultados por etapas

Ver la paz: Reconocemos la paz como una experiencia de vida personal y comunitaria.

Caminando en la paz: Se evidencia la cultura de paz como experiencia transformadora.

Territorio de paz: Se vive una paz sostenible y duradera.