Yo no doy nada, excepto dar lidia.

“Yo soy demasiado activa, seguirme a mí es muy difícil”. Hace nueve años que la Hermana Gilma Montoya vive en el municipio de Argelia, Antioquia. Cosa rara para ella que no se queda  más de tres años en un lugar. Estaba en Dabeiba cuando supo que tenía cáncer de piel, por lo que tenía que encontrar un clima que le fuera más favorable. “¡Rico! Yo nunca digo que no” fue lo que dijo cuándo le propusieron  vivir y hacer misión en éste municipio que ahora llama su casa.

Había llegado en plena cuaresma cuando se dio cuenta que la pobreza de los argelinos, era sobrepasada por la solidaridad. La primera idea que tuvo fue crear un centro de acopio, en donde se pretendía motivar a las personas para que no dieran limosna, sino para que trajeran su ofrenda a la Iglesia. Ya ella se encargaría de armar los mercados y venderlos por mil pesos. Lo que pasó después fue que hasta el sueño se le había olvidado. Todo el día, a todas horas tocaban a la puerta pidiendo mercado, cosa que la cansó.

“Los pobres me van a enloquecer” le dijo al Padre y como un impulso del cielo dijo: “a más reciclaje, más mercado” y aunque nunca había trabajado con reciclaje, le propuso al Padre que se  visitaran los hogares, se convocara por las emisoras y se hablara desde la parroquia para que la gente se uniera al proyecto. Fue así que se comenzó con diez o quince recicladores, bajo el lema “Argelia, te quiero limpia”.

Se pesaba el reciclaje y dependiendo del peso, se le entregaba un mercado a la persona. Sin embargo, se pensó que era mejor tener una tienda del reciclador, en donde ellos mismos pudieran escoger los productos que necesitaban. “Yo no regalo nada” dice, y si a ella le dan algo para que regale, prefiere decir que no. Pues su filosofía es que las cosas deben de ganarse, para que sean más valoradas.

El proyecto ahora:

Ya no quince sino ciento cincuenta recicladores están comprometidos con el proyecto, pero además se implementó, como una estrategia, la adopción de un reciclador por familia. Son ciento veinte familias las que forman parte de esta iniciativa. También, las instituciones educativas, la Alcaldía municipal y la notaría,  cuentan con su propio reciclador, por lo que se está convirtiendo como parte de la identidad de los nueve mil argelinos.

“Todos reciclamos” aquí todos pueden ser recicladores. En los jardines infantiles también se está reciclando pero no se les hace el trueque, sino que se les da la plata para que hagan arreglos a las instalaciones, según las necesidades. Si antes se veían cartones en las cantinas, ahora se demora más en ponerlos afuera que un reciclador en cogerlo.

Desde este proyecto se cumplen muchos objetivos: se reducen las basuras, se genera empleo, se reduce la mendicidad y se salva el relleno sanitario. Además, se están trabajando con la Pastoral Social, con la Gobernación de Antioquia, con la Alcaldía Municipal y con varias ONG que aportan desde diferentes ámbitos al crecimiento de esta gran iniciativa.

Antes solo se contaba con una báscula y un computador. Ahora se tiene: una compactadora, una trituradora, el aglutinador de plástico, una selladora automática y lo más importante, las personas y el compromiso de toda una comunidad. Este proyecto, pretende replicarse en diferentes municipios del Oriente Antioqueño desde las Casas Pan y Vida, en Cocorná, San Luis, Rionegro y Nariño, sin embargo y como lo dice la misma Hermana, es importante tener en cuenta las particularidades de cada municipio para que funcione la estrategia “A más reciclaje, más mercado”.

 “El chip”

Un niño de 6 años se le acerca a la hermana y le dice “Hermanita, yo ya voy a recoger esa basura, ¿cierto que tenemos que cuidar la casa común? Y además es que mire: Gota a gota el agua se agota”.

Cuando las Hermanas tiran algo a la basura yo les digo: “¿Quién  tiró eso a la basura? Eso es materia prima para la madera de plástico.

“En mi casa vibran con ese proyecto. Cuando yo llego a mi casa a Sabaneta, mi familia me tiene recogida hasta ropa de segunda”. Un muchacho me dijo: “Hermanita, yo quiero reciclar todo en mi vereda, voy a pagar la traída y le abono eso a su proyecto”.

“Mi hermano está elaborando una incubadora y me decía: Gilma, yo tengo en la incubadora 32 huevos, apenas los saque voy para Argelia y puedes entregar mercados o pollos por el reciclaje”.

La hermana

“Yo no doy nada, excepto dar lidia”, ella siente que toda estas iniciativas son como un don que  ha recibido y que tiene que poner al servicio de los demás hasta el final.  Si se le mira, se le ve enérgica e inquieta, especialmente cuando habla de la Casa común, del planeta. Reconoce que todo en la tierra tiene una razón de ser, hasta el animal que creemos más insignificante; esa razón, ese animal o planta,  se va recreando cada vez más para aportar, no solo desde su belleza, sino desde la armonía y el equilibrio. Termina diciendo: “He pasado por muchas partes del mundo, pero Argelia…yo quisiera morir en Argelia”.

 

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Lanzamiento de la Campaña de humanización de servicios en salud «El Arte de Sanar Compasión»

El día jueves 21 de marzo, en las instalaciones de la clínica SOMER se llevó a cabo la socialización de la campaña “El Arte de Sanar #ComPasión”, que pretende humanizar los servicios de salud en todos los centros clínicos y hospitalarios de nuestra región del Oriente Antioqueño. En este lanzamiento trabajamos temas como la empatía, la compasión y la felicidad, teniendo como invitado especial al antropólogo Hernán Restrepo director de la Coporación con la Gente quien a partir de una charla llena de reflexión nos permitió entender la importancia de poner al servicio de los demás, no solo el acto de servir, sino el de comprender, acompañar y humanizar.
Los compromisos para esta campaña van encaminados hacia el sentir, el saber, el hacer y el transformar. Con estos valores, podemos lograr un verdadero propósito, que permita ver en el trabajo con las personas, no una acción mecánica o rutinaria, sino una interacción humana, que va ligada al sentir de cada individuo.
El perdón y el cuidado a la vida, se han venido trabajando desde hace tres años con los profesionales de la salud para la humanización y para éste año, más que algo nuevo, el tema de la compasión, se convierten en un complemento clave, que refuerza la responsabilidad de la Pastoral Social con su comunidad.

Soy Bautizado, Soy Solidario Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes 2019

La Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes es uno de los medios propuestos por la Iglesia para hacer efectivo el ejercicio de la caridad en el tiempo de cuaresma. Durante varios años los fondos recolectados han permitido la realización de las obras sociales que se llevan adelante en la Iglesia Católica.

En nuestro territorio diocesano, los recursos recolectados permiten a la Pastoral Social el acompañamiento a las 18 Casas Pan y Vida, la implementación de una Casa de Acogida en el municipio de Rionegro, además de diferentes actividades pastorales, como la atención a las personas privadas de la libertad, acompañamiento a los enfermos, cuidadores y a mujeres en ejercicio de prostitución, entre otras obras que benefician a las personas más necesitadas del Oriente Antioqueño y otras regiones.

“No tenía donde quedarme con mi familia después de que le dieron de alta a mi hijo que estaba hospitalizado y no teníamos muchos recursos económicos; en el hospital nos dijeron que estaba esta Casa de Acogida, vinimos y aquí nos sentimos muy bien atendidos, porque son muy amables, nos hemos sentido como en casa” dice Edison Chaverra Palacios del departamento de Chocó, beneficiario de la Casa de Acogida La Misericordia. Esta casa fue puesta en funcionamiento con lo recolectado en la campaña del 2016 y en donde, hasta el  2018, se han visto beneficiadas 621 personas.

También hemos acompañado las Casas Pan y Vida, donde se fortalece la formación de los discípulos al servicio de la caridad, permitiendo una mejor atención a los beneficiarios. Don José Gómez nos contó sobre su experiencia en el municipio de El Peñol: “Hace 15 años me beneficio de este programa que me ha parecido una gran cosa, es como la segunda casa mía, yo vengo y tengo las comiditas del día, también hemos disfrutado del cariño de las voluntarias y las hermanas que han pasado por acá porque yo soy una persona muy sola”. Este testimonio nos demuestra la importancia de estos procesos, pues no solo se brindan alimentación, sino que además se proporciona un acompañamiento espiritual y emocional para los beneficiarios.

Es por esto que te invitamos a vincularte a la Comunicación Cristiana de Bienes de este año, donde tenemos como meta fortalecer las Casas Pan y Vida,  la Casa de Acogida, atender a los migrantes y apoyar en momentos emergencias por catástrofes naturales. Para lograr estas metas debemos reconocernos como hermanos y garantizar la recuperación de la dignidad y lo humano en nuestro contexto, expresando así nuestro ser como bautizados.

20 años Corporación Vida Justicia y Paz.

Hoy celebramos los 20 años de la Corporación Vida Justicia y Paz, ya son dos décadas promoviendo la construcción del tejido social desde la promoción y la defensa de los Derechos Humanos, buscando la participación para el empoderamiento de una sociedad justa y en paz, desde procesos de memoria, perdón y reconciliación que permiten la construcción de paz territorial.

Durante la conmemoración se reconoció al Dr. Marcos Ossa director de Asocolflores Antioquia y a la Diócesis de Sonsón Rionegro el acompañamiento, compromiso permamente e incondicional a la Corporación Vida Justicia y Paz, durante estos 20 años. Además la Fundación Solidaria Oriente Antioqueño Fusoan hizo un reconocimiento a la Corporación por el trabajo realizado durante este tiempo.